El Banco Mundial ha alertado sobre el sostenido incremento en los precios de los alimentos, con el maíz y el arroz registrando alzas del 24% y 26%, respectivamente, en su última actualización de Seguridad Alimentaria. Aunque el trigo ha bajado un 3%, la inflación en los precios de los alimentos sigue siendo elevada en numerosos países de ingreso bajo, donde el 73.7% enfrenta una inflación superior al 5%.
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En comparación con enero de 2024, los precios del maíz han subido un 10%, mientras que el trigo y el arroz han bajado un 6% y 19%, respectivamente. No obstante, en comparación con enero de 2020, el maíz ha aumentado un 27%, reflejando una tendencia alcista a largo plazo. Además, los precios internacionales de exportación del maíz han alcanzado su nivel más alto en 15 meses debido a preocupaciones sobre la oferta.
El informe también destaca que la crisis alimentaria global se ha agravado debido a restricciones comerciales impuestas por diversos países. Hasta febrero de 2025, 17 países han establecido 22 prohibiciones a la exportación de alimentos y otros 8 han aplicado 12 medidas restrictivas, lo que limita la disponibilidad de productos en el mercado global y presiona al alza los precios.
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A pesar de la creciente inseguridad alimentaria, el financiamiento para el sector alimentario sigue siendo insuficiente. Solo el 3% del total de fondos para el desarrollo se destina a este sector, en contraste con el 33% destinado a asistencia humanitaria. Esto resalta la falta de inversión en soluciones sostenibles para mitigar la crisis y mejorar la producción de alimentos a nivel mundial.
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El estancamiento económico previsto hasta 2026, con un crecimiento global del 2.7%, dificulta aún más la reducción de la pobreza y la inseguridad alimentaria. Factores como la alta inflación, el aumento de la deuda y las perturbaciones en el comercio agravan la situación, afectando a los países más vulnerables y haciendo urgente la implementación de medidas para garantizar el acceso a alimentos básicos a nivel global.
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