En los últimos dos años, la matrícula escolar en El Salvador ha registrado una preocupante reducción de 50,000 estudiantes, equivalentes a 25,000 menos por año. Lo llamativo de este fenómeno es que no se debe a la falta de escuelas ni a problemas económicos, pues la educación pública es gratuita y el sector privado ha mantenido opciones accesibles.
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Según, Javier Hernández, Presidente de la Asociación de Colegios Privados de El Salvador (ACPES), la baja en inscripciones se ha reflejado tanto en instituciones públicas como privadas, afectando incluso la estabilidad de varios colegios. En el Área Metropolitana de San Salvador y La Libertad, al menos seis centros educativos privados no abrieron sus puertas en 2025, y otros diez estaban en riesgo de cerrar por insuficiente matrícula.
La reducción equivale a casi el 20% del total de estudiantes en el sistema privado, una cifra alarmante. Expertos del sector señalan que esta tendencia impacta los presupuestos de las instituciones y obliga a muchas a replantear su viabilidad financiera. Aunque la educación sigue siendo accesible, las cifras indican que miles de estudiantes simplemente no están accediendo al sistema escolar.
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El fenómeno ha despertado interrogantes sobre sus verdaderas causas. Si no se trata de una falta de acceso, ¿qué factores están influyendo en esta caída? Algunos especialistas sugieren que el desinterés, cambios en dinámicas familiares o incluso el auge de la educación alternativa podrían estar jugando un papel clave en la deserción escolar.
Las autoridades y el sector educativo deberán analizar en profundidad este fenómeno para comprender sus razones y frenar su avance. De mantenerse la tendencia, el país podría enfrentar consecuencias significativas en la formación de su población joven y en el futuro del sistema educativo.