Los pretextos para no ahorrar vienen de todas las formas y todos los colores, pero, aunque se sientan bien en el momento, finalmente afectan nuestra capacidad de ahorro. Fíjate en las excusas que te dices a ti mismo cuando los números no te cuadran a fin de mes y que te están impidiendo guardar tu dinero.
2) Tener un plan de ahorros: El presente siempre es un momento para comenzar a ahorrar
Dejar para mañana lo que puedes hacer hoy es una excusa clásica y te perjudica más de lo que crees, pues terminarás por no iniciar nunca. Puedes empezar definiendo tus metas de ahorro, reflexionando qué es importante para ti y para qué podrías ahorrar (un viaje, remodelar tu cocina, la universidad de tus hijos, tu jubilación). Luego, detalla todo eso dentro de tu plan y determina si es que se trata de algo que quieres lograr a corto, mediano o largo plazo. Empieza por algo pequeño y cuando lo logres podrás ser más ambicioso con tus nuevas metas de ahorro.
3) ¿Cómo dividir tus ingresos para ahorrar?
Los gastos son un hecho en tus finanzas, pero es necesario que revises y evalúes completamente tus hábitos de consumo. Utilizar todo el dinero que recibes en gastos no te permite guardar algo de tus ingresos y debes replantearte cómo empleas tu dinero.
Establece la regla de oro del ahorro del 70-20-10 en tu economía mensual. Utiliza el 70% de tus ingresos en gastos básicos indispensables (comida, arriendo, salud), el 20% destínalo a ahorro o inversión, y el 10% úsalo en gastos personales y cosas que te gusta hacer, como actividades de recreación.