Aprovechar a sus poblaciones más jóvenes, la riqueza de sus recursos naturales y su gran potencial de energía solar puede ayudarlos a superar este retroceso, pues la brecha de ingresos entre estos dos grupos de países se profundiza cada vez más.
Los países en vías de desarrollo tienen un potencial increíble para lograr un crecimiento importante, sostenible e inclusivo. Para que este potencial se haga realidad deberán poner en marcha un ambicioso conjunto de políticas centrado en impulsar las inversiones según propone el Banco Mundial.
En los países más pobres de ese grupo, para subsanar las deficiencias existentes en el desarrollo y la infraestructura y generar resiliencia frente al cambio climático se necesitarán inversiones que representan casi el 10 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Para cubrir tales necesidades, esos países deberán generar auges de inversión sostenidos, del tipo que impulsa la productividad y los ingresos y reduce la pobreza. Históricamente, tales auges se han producido a partir de un paquete integral de medidas normativas destinadas a fortalecer los marcos fiscales y monetarios, aumentar el comercio transfronterizo y los flujos financieros, y mejorar la calidad de las instituciones.