Las tecnologías emergentes en la industria ofrecen numerosos beneficios, como el aumento de la eficiencia operativa, la mejora de la calidad del producto, la reducción de costos a largo plazo y la posibilidad de acceder a nuevos mercados gracias a la innovación. Además, suelen impulsar la competitividad y proporcionar soluciones más sostenibles.
Sin embargo, las tecnologías emergentes en la industria también pueden presentar desafíos.
Entre los contras se incluyen los altos costos iniciales de implementación, la resistencia al cambio por parte de los empleados, posibles problemas de seguridad cibernética y la necesidad de actualizaciones constantes para mantenerse al día. Además, la rápida obsolescencia tecnológica puede ser un factor a considerar.
Si bien el beneficio es mayor en comparación a los puntos negativos de la tecnología emergente, hay que considerar que la tecnología no sería tan poderosa si no hubiera un ser humano potenciando su uso.