Avanzar hacia una evaluación de riesgos mejorada: Mediante la integración de herramientas analíticas fiables, modelos de impacto de catástrofes naturales y métodos avanzados de cuantificación del riesgo climático a nivel empresarial.
Diferenciar las grandes pérdidas de las pérdidas climáticas: Dado el carácter sistémico de los riesgos climáticos, las aseguradoras deben empezar clasificarlos de forma específica.
Integrar el riesgo climático de forma transversal: Deberían integrarse en los marcos de gestión de riesgos empresariales y, en especial, en procesos como los de gobernanza.
Definir las necesidades de datos: Las aseguradoras necesitan identificar las fuentes relevantes de datos, tanto internas como externas, que se alineen con su estrategia climática.
Crear una estructura para la supervisión de riesgos y oportunidades climáticas: Las aseguradoras pueden definir los roles y las responsabilidades necesarias para alinear los objetivos de negocio con los climáticos.
Transparencia, información y compromiso: Para mejorar en la comunicación climática, un buen paso inicial es elaborar un informe siguiendo las líneas marcadas por el Taskforce on Climate-related Financial Disclosures (TCFD).