La dinámica de los precios de los alimentos, que ha tenido un papel importante en la evolución del índice general de precios al consumo, alcanzó una variación de 13.2% en 2022, que se compara al 8.3% de 2021.
El comportamiento de la inflación regional está correlacionado también con la evolución de los precios de los productos básicos, que entre enero y octubre del 2022 se han incrementado en 16.6% respecto del año anterior, donde destaca el crecimiento de 45.9% en los precios de los productos energéticos, de 36.8% en los fertilizantes y de 19.5% para los alimentos y bebidas.
Al complejo escenario interno de la región se suma una situación poco favorable en el sector externo.
El Anuario muestra que, en 2022, las economías de la región crecieron a una tasa estimada del 3.7%, casi la mitad del crecimiento registrado en 2021 (6.7%).
Esto refleja, por una parte, el agotamiento del efecto rebote en la recuperación de 2021 y, por otra, el impacto y los efectos de las políticas monetarias restrictivas, mayores limitaciones del gasto fiscal, menores niveles de consumo e inversión y el deterioro del contexto externo.
El impacto de la pandemia sobre el empleo se mantuvo pese a la leve mejora de los indicadores laborales.
En efecto, la tasa de participación de la población en la actividad económica para América Latina y el Caribe se elevó a 61.4% en comparación con el mínimo de 57.8% alcanzado en 2020.