Este incremento está impulsado por el aumento en las transacciones de comercio electrónico y la creciente sofisticación de los métodos de fraude utilizados por los estafadores. Se proyecta que estas pérdidas continuarán creciendo, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 40% desde 2023 hasta 2028.
Las regiones más afectadas por estos fraudes son Asia-Pacífico, seguida por Norteamérica y Europa. En particular, se anticipa que Asia-Pacífico liderará en pérdidas de fraude de pago en línea para 2025, debido a la expansión del comercio electrónico en esta área y la aparición de nuevas amenazas en mercados emergentes.
Este panorama subraya la necesidad de medidas de seguridad más robustas y una mayor inversión en prevención del crimen financiero a nivel mundial.
Entre las estafas más comunes, se destacan las estafas de impostores, que han generado pérdidas por US$2,700 millones en lo que va del año. Estas estafas suelen involucrar a personas que se hacen pasar por representantes de entidades bancarias, del gobierno, familiares en problemas, negocios reconocidos o expertos en soporte técnico. Otras estafas importantes incluyen fraudes relacionados con inversiones, problemas con compras en línea, y estafas de premios, sorteos y loterías.
Para finales de 2024, se espera que las tendencias continúen con estafas sofisticadas como el phishing, páginas web falsas, estafas románticas y fraudes en compras en línea. Es crucial que los consumidores se mantengan alerta y tomen precauciones al interactuar en la web para evitar ser víctimas de estas actividades fraudulentas.