Además, el FMI señala que con la ayuda de un desembolso en el marco del Instrumento de Financiamiento Rápido (DEG US$287.2 millones y US$389 millones) aprobado en abril de 2020, están respaldando una rápida reactivación. Asimismo, la economía se contrajo 7.9% en 2020, y según las proyecciones creció alrededor de 10% en 2021 y 3.2% en 2022.

En este contexto, surgieron vulnerabilidades relacionadas con la deuda pública. Los persistentes déficits fiscales y el elevado servicio de la deuda están generando necesidades de financiamiento elevadas y crecientes.

El déficit fiscal está proyectado en 5.8% del Producto Interno Bruto (PIB), en 2021 y aproximadamente 5% del PIB en 2022. Con las políticas vigentes, la deuda pública subiría a alrededor de 96% del en 2026, en una trayectoria insostenible.

El FMI señala que la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador, implica graves riesgos para la integridad financiera y del mercado, la estabilidad financiera y la protección del consumidor. Asimismo, puede ocasionar pasivos fiscales contingentes.

Por otra parte, ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, dijo en una entrevista que el FMI reconoce avances de crecimiento económico, manejo de la pandemia e inclusión financiera, pero también resalta los problemas del país.

Zelaya dijo que el Programa de Inversión Pública 2022, por US$1,700 millones, complementará toda la estrategia de atracción de inversión, una sola alternativa no es la solución para la economía salvadoreña.

Señaló que se ha reducido de un 30% a un 25% el límite de emisión de deuda de corto plazo por cada presupuesto, esperando reducirla año con año hasta llegar a un 15%.