Sin embargo, muchas de ellas tienen un impacto directo en el crecimiento y la salud financiera de la empresa y una de las más importantes es la facturación.

 Es importante evitar los errores en los datos de un comprobante fiscal que se entrega a un cliente, o la falta de seguimiento en el envío y recepción del documento, puede incrementar significativamente el tiempo de cobro, y generar problemas con el flujo de efectivo.

A continuación, se presentan algunos errores de facturación más comunes que se deben evitar en el negocio o empresa:

1 No especificar plazos de pago ya que no basta con enviar la factura al cliente. Es importante definir de antemano, a través de un contrato o de una orden de compra, la fecha en la que el saldo debe quedar cubierto, y en qué condiciones.

2 No generar los complementos de pago es un error común de facturación. Esto pasa cuando no se emite oportunamente los comprobantes de recepción de pagos cada vez que se cobran los montos facturados.

3 No se ofrecen incentivos para el pronto pago. Para conseguirlo se puede ofrecer descuentos del 5, 10 y 15%, de acuerdo a la fecha de pago de la factura. También bonificaciones de productos o servicios, tarjetas de regalo o descuentos futuros.

4 No determinar las consecuencias de que una factura no sea pagada en el tiempo acordado que es otro error común entre los emprendedores novatos ya que no estipulan claramente en los contratos o comprobantes a los clientes sobre los intereses, penas convencionales o incluso la interrupción del suministro de bienes o servicios en caso de demoras en el pago.

5 No utilizar una plataforma de facturación que automatice procesos:  Los mejores sistemas permiten almacenar toda la información de los clientes, y generar de forma segura y en segundos Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI).

6 No ofrecer opciones de pago diversas: Una de las tareas más importantes de las empresas es hacer la vida más fácil para sus clientes un ejemplo de eso puede ser, aceptar pagos en efectivo o por depósito bancario. La ventaja que hoy tienen las pequeñas y medianas empresas (PYMES) es que el costo de acceso a la tecnología para aceptar pagos digitales ha disminuido considerablemente.